En lo que a nosotros se refiere, va a marcar las directrices para múltiples aspectos de nuestro proyecto:
- Identificación de los documentos: se especificará cuál será la nomenclatura de los distintos productos generados a lo largo de las distintas actividades del mismo (documentos de desarrollo, actas de reuniones, actas de gestión de cambios, etc.).
- Establecimiento de las bibliotecas de almacenamiento del sistema: en ellas se crearán múltiples directorios para ir almancenando los distintos productos generados, ya sean versiones beta, definitivas, copias de seguridad, control de tiempos,etc., tales como biblioteca maestra, de backup, de seguimiento...
- Gestión de cambios: se diseñarán los formatos de las hojas de control de estado de los documentos, de las solicitudes de cambios, de los informes, de las certificaciones de aceptación, etc., así como una definición de cuál será el proceso que sigue un cambio desde que se propone hasta que se acepta/rechaza.
Una vez explicado cómo se ha de hacer, es interesante ver que este plan realmente tiene ventajas y que puede aportar un valor añadido a nuestro producto.
- Mantenimiento integral de la integridad de los distintos elementos del proceso, en una atmósfera de cambio continuo.
- Control de la evaluación y ejecución de los cambios.
- Visión objetiva y concreta acerca de la creación y evolución del producto.
- Robustez ante auditorías y revisiones, pues se muestra el estado del avance real del proyecto.
- Reducción de costes de desarrollo, manteniendo una estabilidad en el proyecto.
- Aseveración de la integridad del producto en la operación, actualización y consistencia de toda la documentación generada.
- Incremento en la eficiencia y efectividad de la administración.
Por todo ello podemos asegurar que, a pesar de ser un documento no excesivamente extenso, sí es fundamental para un mejor proceso de desarrollo del proyecto y creemos que seguirlo fielmente puede ayudarnos a ser más eficientes en nuestro trabajo.
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