lunes, 29 de diciembre de 2008

La importancia de... la Gestión de la Capacidad

A lo largo del desarrollo de nuestro proyecto hemos hablado de la gestión de múltiples aspectos, como configuración o calidad, pero hoy nos vamos a centrar en otro que, si bien no tocamos, es harto relevante y puede ser un factor determinante a la hora de conseguir el éxito en un proyecto.

La Gestión de la Capacidad es la encargada de que todos los servicios TI se vean respaldados por una capacidad de proceso y almacenamiento suficiente y correctamente dimensionada. Sin una correcta Gestión de la Capacidad los recursos no se aprovechan adecuadamente y se realizan inversiones innecesarias que acarrean gastos adicionales de mantenimiento y administración. O aún peor, los recursos son insuficientes con la consecuente degradación de la calidad del servicio.

El objetivo primordial de la Gestión de la Capacidad es poner a disposición de clientes, usuarios y el propio departamento TI los recursos informáticos necesarios para desempeñar de una manera eficiente sus tareas y todo ello sin incurrir en costes desproporcionados.

Entre las responsabilidades de la Gestión de la Capacidad se encuentran:
  • Asegurar que se cubren las necesidades de capacidad TI tanto presentes como futuras.
  • Controlar de rendimiento de la infraestructura TI.
  • Desarrollar planes de capacidad asociados a los niveles de servicio acordados.
  • Gestionar y racionalizar la demanda de servicios TI.
La Gestión de la Capacidad intenta evitar situaciones en las que se realizan inversiones innecesarias en tecnologías que no están adecuadas a las necesidades reales del negocio o están sobredimensionadas, o por el contrario, evitar situaciones en las que la productividad se ve mermada por un insuficiente o deficiente uso de las tecnologías existentes.

Los principales beneficios derivados de una correcta Gestión de la Capacidad son:
  • Optimizar el rendimiento de los recursos informáticos.
  • Disponer de la capacidad necesaria en el momento oportuno, evitando así que se pueda resentir la calidad del servicio.
  • Evitar gastos innecesarios producidos por compras de "última hora".
  • Planificar el crecimiento de la infraestructura adecuándolo a las necesidades reales de negocio.
  • Reducir los gastos de mantenimiento y administración asociados a equipos y aplicaciones obsoletos o innecesarios.

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