La
Gestión del Conocimiento (del inglés
Knowledge Management) es un concepto aplicado en las organizaciones, que pretende
transferir el conocimiento y experiencia existente entre sus miembros, de modo que pueda ser utilizado como un recurso disponible para otros en la organización.
Engloba a un
conjunto de políticas, estructuras organizativas, procedimientos, aplicaciones tecnológicas que persiguen mejorar la efectividad de la toma de decisiones de un grupo o una corporación. Usualmente el proceso requiere técnicas para capturar, organizar, almacenar el conocimiento de los trabajadores, para transformarlo en un activo intelectual que preste beneficios y se pueda compartir.
Es más que probable que
el conocimiento de una empresa u organización sea uno de sus
activos más importantes, con lo que su correcta administración es algo básico en un mercado tan voraz y feroz como el actual.

Esta disciplina pretende conseguir, a partir de una fuente de datos inicial, llegar al saber, de tal forma que éste pueda emplearse como ventaja competitiva en el mercado. Partiendo de los
datos (elementos constitutivos del conocimiento, hechos, mediciones), se pretende llegar a la
información (interpretación de los datos, de sus relaciones, su significado), de ahí al
conocimiento (conceptualización de la información para resolver un problema) y, finalmente, al
saber, que es el conocimiento aplicado, integrado y asimilado a través de la experiencia, y perfeccionado por la práctica y la madurez. Ello genera una agudeza especial frente a las situaciones que conllevan a la toma de decisiones altamente complicadas y cambiantes.

La mayoría de los esfuerzos comerciales de la
administración del conocimiento han incluido la construcción de una cierta forma de
memoria corporativa para capturar destreza, para
apresurar el aprendizaje, para ayudar a la organización a recordar, para registrar el
análisis razonado de la decisión, logros del documento o para
aprender de los últimos
errores.
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